“Diseñamos un modelo de financiamiento accesible: con una cuota inicial del 30% y el resto contra entrega. La respuesta del mercado fue inmediata: vendimos casi 35 apartamentos por semana” comenta en entrevista el experto inmobiliario y arquitecto Álvaro Rincón. ¿Cuáles son las tendencias de mercado y las necesidades de vivienda para los millennials?

Pregunta: ¿Existe un cambio generacional en la forma en que se concibe la adquisición de vivienda?
Álvaro Rincón (A.R.): No creo que haya un cambio de pensamiento generacional en cuanto a querer o no tener una propiedad. Hay una teoría que dice que si alguien tiene una propiedad, queda «atado» a un lugar, mientras que si no la tiene, es más libre para mudarse según las oportunidades laborales. Sin embargo, otro aspecto fundamental es que, hoy en día, los jóvenes simplemente no tienen los recursos para comprar una vivienda. Mi hija, que es millennial, me preguntó cómo hicimos nosotros para comprar una casa a su edad, porque, según ella, con lo que gana, es imposible hacerlo.
Pregunta: ¿Cómo abordaron ustedes esta problemática desde el diseño inmobiliario?
A.R.: Analizamos cómo hacer viviendas asequibles para los jóvenes. Encontramos que la clave estaba en el tamaño. Diseñamos apartamentos de entre 22 y 30 metros cuadrados, con una distribución eficiente que incluye una cama, una pequeña sala, una cocineta, un baño completo y un buen clóset. La meta era que la cifra final fuera accesible para una persona joven.
Pregunta: ¿Cómo influye esta reducción de tamaño en la experiencia de habitar estos espacios?
A.R.: Al reducir el tamaño, surgieron nuevas necesidades. Un apartamento tan pequeño no tiene una sala para recibir amigos, ni un comedor grande, ni espacio para hacer ejercicio en casa. Para solucionar esto, incluimos espacios comunes bien equipados en los edificios.
Pregunta: ¿Cómo ha respondido el mercado a esta propuesta?
A.R.: De manera sorprendentemente positiva. Diseñamos un modelo de financiamiento accesible, con una cuota inicial del 30% y el resto contra entrega. La respuesta del mercado fue inmediata: vendíamos entre 33 y 35 apartamentos por semana. Esto nos demostró que los jóvenes sí quieren comprar vivienda, pero no podían acceder a los precios tradicionales.
Pregunta: ¿Qué cambios han observado en las preferencias de los compradores jóvenes?
A.R.: Algo interesante fue la baja demanda de parqueaderos. Muchos prefieren transportarse en bicicleta o vivir cerca de su trabajo. En cambio, sí nos pidieron espacios para parquear bicicletas. También encontramos que este tipo de vivienda no solo atrae a jóvenes solteros, sino también a personas separadas que buscan un lugar para reubicarse temporalmente.
Pregunta: ¿Este modelo de vivienda compacta y con amenidades compartidas es una tendencia pasajera o llegó para quedarse?
A.R.: Creemos que llegó para quedarse. Las nuevas generaciones seguirán enfrentando el reto del poder adquisitivo. Además, muchos han comenzado a ver la compra de propiedades como una inversión a futuro. Al rentarlas, pueden generar ingresos y, eventualmente, adquirir más propiedades. En el mercado ya han surgido imitaciones de nuestro modelo, pero la clave de nuestro éxito ha sido ofrecer una experiencia completa con hasta 2.000 metros cuadrados de espacios comunes. Seguiremos apostando por este tipo de proyectos, porque la demanda sigue creciendo.