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La leche es uno de los alimentos más importantes en la dieta de los colombianos. Pero en los últimos meses, un escándalo ha sacado a la luz cómo algunas empresas estarían sacrificando la calidad nutricional a cambio de ofrecer engañosas  ofertas.

 

Se cumplen casi tres meses desde que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) impuso sanciones por más de 21 mil millones de pesos a cuatro empresas por vender productos etiquetados como leche entera higienizada que contenían lactosuero, sin informar adecuadamente a los consumidores. Ahora, les corresponde a los colombianos identificar estos productos, evitar consumirlos y proteger su salud. 

La nutricionista Patricia Savino, directora del Centro Latinoamericano de Nutrición (Celan), lanzó una alerta sobre la calidad de la leche que se comercializa en Colombia, especialmente la que se vende a precios “absurdamente bajos” en grandes superficies y tiendas de descuento. Según explicó, estos valores inusualmente bajos pueden ser un indicio de adulteración con lactosuero, el subproducto que reduce significativamente el contenido nutricional de la leche.

“Más que todo se puede detectar por el precio, porque las venden muy baratas y es la opción de las grandes superficies de supermercados o de los almacenes de descuento que venden esa leche”, señaló Savino en entrevista con Pulzo.

De acuerdo con lo que explica Savino, una leche excesivamente barata podría no ser leche en absoluto. Y lo que parece una ganga, podría poner en riesgo la seguridad alimentaria, especialmente en hogares donde este alimento es fundamental en la dieta diaria. La nutricionista asegura que el problema es el engaño, pues al diluir la leche, se diluye la calidad de sus nutrientes principales: 

“Lo que pasa es que la leche está constituida de una manera, yo lo diría de una manera de naturaleza sabia, que la proporción de los macronutrientes, o sea las proteínas, grasas y carbohidratos, en conjunto con las micronutrientes, que son vitaminas y minerales, hacen que se absorban de una manera adecuada y mejor en la nutrición”, añade.

Si se considera todo el proceso que hay detrás de un litro de leche —desde el trabajo del ganadero hasta la logística de distribución—, venderla a precios tan bajos solo es posible si se reduce la calidad del producto. Ante esto, Savino sugiere inclinarse por marcas de confianza, “irse con empresas que tienen un sello de calidad, también buscar que tengan una publicidad a nivel de los medios donde se puedan hacer comparaciones de las leches para que la gente tenga eso en cuenta”.

El llamado a los consumidores es claro: estar atentos al precio, preguntarse cómo es posible que la leche cueste tan poco, si implica un proceso costoso que empieza en el campo, pasa por transporte, pasteurización y llega al supermercado. Detectar precios sospechosamente bajos en la leche puede ser una señal de alerta frente a posibles adulteraciones y el primer paso en proteger nuestra salud y la de nuestras familias.

Lee la entrevista completa en Pulzo.